Mi experiencia en la Jornada Mundial de la Juventud, Madrid 2011. Parte 2.



![]() |
|
Saliendo del Metro |
![]() |
Una vista aérea de Cuatro Vientos |
![]() |
El Papa rezando ente el Santísimo |
![]() |
La gente en una de las parcelas |
![]() |
|
Tarima de Cuatro Vientos |
El 28 de Septiembre es mi cumpleaños. Ese día en el año mil novecientos noventa y algo o capaz era en el dos mil y poquito, da lo mismo, fui al mediodía a la entrada del colegio a recoger la lonchera que me dejaba mi mamá todos los días para que pudiera almorzar comida recién hecha. El portero, el señor Carlos Moreno, que con su piel hace honor a su apellido, me recibió con el cariño acostumbrado y me dio mi lonchera. Fui al cafetín a almorzar con algunos panas, y al abrir la lonchera encontré algo distinto a lo acostumbrado. Una notita, con la inconfundible letra de mi mamá que decía: “Juani, feliz cumpleaños, te quiero mucho. Mami.” Con algo así, ¿a quién no se le alegra el día?
Un día del verano de finales de la década de los dos mil fuimos 4 o 5 de mis hermanos, no me acuerdo exactamente, junto con mis papás a renovar el pasaporte. Mis papás y mis hermanos fueron juntos en un carro, yo me fui por separado en otro porque en esos momentos vivíamos en sitios distintos. La oficina donde teníamos que renovar el pasaporte estaba lejos de la ciudad y era una zona bastante desconocida para mí. Además el carro que estaba manejando no estaba en las mejores condiciones. Yo llegué antes que ellos. Cuando nos encontramos, me conmovió oír de mi papá: “Juani, menos mal que llegamos, tu mamá estaba preocupadísima de que te perdieras o no llegaras bien. Nos quedamos atrapados en el tráfico y ella dijo que quería montarse en una moto para poder llegar rápido y saber que estabas bien.”
Otro día, esta vez no tengo ni idea de que en qué año o época fue, mi mamá empezó a sentirse mal. Dijo que quería acostarse un rato y que por favor, nadie la interrumpiera. Sin embargo, no mejoró. Cuando mi papá la llevó al hospital, le hicieron unos exámenes y entonces se supo lo que tenía: una deficiencia de hierro en la sangre. Había agotado todas las reservas del cuerpo y tenía algo así como agotamiento crónico. Se me quedó grabado en la memoria que el cuerpo tuvo que literalmente detener a mi mamá que por ayudarnos, se había olvidado de descansar lo suficiente. ¡Hasta las reservas de hierro las había consumido! (Perdonen la imprecisión científica pero lo estoy contando como lo entendí en ese momento y como se quedó grabado en mi memoria.)
He oído contar, medio en serio y medio en broma, que cuando nacimos mi hermana y yo, felicitaron a mi mamá. Cuando nacieron Carlos y Tomás, se impresionaron de que llegaran tan rápido. Cuan nacieron Ruth e Iraida, algunos se pusieron bravos y otras, bravas. Pero cuando nació Mariana, se les quitó el enfogono. Ya cuando nació Irene, le volvieron a hablar. Y cuando nació Miriam, no les quedaba más remedio que reconocer su fortaleza y la felicitaron otra vez. Gracias a su generosidad y la obvia e indispensable colaboración de mi admirado padre, tengo ese regalo grandísimo que son mis hermanas y mis hermanos.
Mi abuela me contó que ella ha pensado que las mamás tienen que ser como un arco que debe estirarse para que los hijos (las flechas), lleguen lo más lejos posible. Por eso hoy, día de las madres, escribo estas anécdotas porque son evidencia para mí de lo mucho que se ha estirado mi mamá y de lo mucho que se estiran tantas madres en el mundo para que nosotros, sus hijos, lleguemos hasta donde queremos llegar. No tengo otra palabra para decir, solo puedo decir, gracias, Muchas Gracias.
This site uses cookies. By continuing to browse the site, you are agreeing to our use of cookies.
OKLearn moreWe may request cookies to be set on your device. We use cookies to let us know when you visit our websites, how you interact with us, to enrich your user experience, and to customize your relationship with our website.
Click on the different category headings to find out more. You can also change some of your preferences. Note that blocking some types of cookies may impact your experience on our websites and the services we are able to offer.
These cookies are strictly necessary to provide you with services available through our website and to use some of its features.
Because these cookies are strictly necessary to deliver the website, you cannot refuse them without impacting how our site functions. You can block or delete them by changing your browser settings and force blocking all cookies on this website.
We also use different external services like Google Webfonts, Google Maps and external Video providers. Since these providers may collect personal data like your IP address we allow you to block them here. Please be aware that this might heavily reduce the functionality and appearance of our site. Changes will take effect once you reload the page.
Google Webfont Settings:
Google Map Settings:
Vimeo and Youtube video embeds:
You can read about our cookies and privacy settings in detail on our Privacy Policy Page.