Contrario a la ley, el orden público y ¿la moral?
/1 Comment/in Uncategorized /by Juan Antonio Bethencourt
El Código Civil está continuamente diciendo que los contratos y las obligaciones no pueden ser contrarias a la moral, a la ley ni al orden público.
Siguiendo la definición de moral que está de moda, esos artículos del código se deberían reescribir así:
“Los contratos y las obligaciones no pueden ser contrarias a la ley, al orden público o a lo que cada uno de los contratantes, según su opinión, crea que está bien o mal”.
Algunos ejemplos de cómo se implementaría este artículo.
¿Podría un deudor negarse a pagar una deuda porque según él, no tiene nada de malo no pagar una deuda?,
Si podría.
¿Quien sufrió un daño podría quedarse sin indemnización porque quien causó el daño argumente: para mi estaba bien causar el daño porque esa persona se lo merecía?
Si, quedaría indefenso.
Si la moral es relativa, éstas serían las consecuencias.
Que soluciones tenemos:
1. Enmendar el código Civil y eliminar la palabra “moral” porque no podemos definirla. Es decir, construir una legislación al margen de la moral.
2. Reconocer que, al margen de nuestras preferencias personales, existen el bien y existe el mal, y que si la legislación quiere garantizar una sociedad próspera tiene que asegurarse de legislar en la promoción del bien. Es decir, legislar conforme a la moral. O si se quiere, para usar la terminología más común, conforme a la ética.
Vamos a hacer un esfuerzo para entender a nuestro pueblo y nuestro mundo y descubrir en sus raíces, en su historia y en sus necesidades actuales cuál es el bien que necesitan. Puede ser un trabajo arduo, pero es una actitud más progresista que, en vista de las dificultades para encontrarlo, simplemente optemos por vivir como si el bien no existiera.
Guía práctica para el aprovechamiento del tiempo
/3 Comments/in Uncategorized /by Juan Antonio Bethencourt- Hay que pedir ayuda a Dios para cumplir lo previsto.
- Estar dispuesto a trabajar mucho y duro. El descanso es la oportunidad de recuperar fuerzas para luego volver al trabajo con más intensidad. Quién está pensando constantemente en el momento para descansar no podrá aprovechar el tiempo.
- No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Hacer las cosas hoy y ahora. Cumple el deber de cada instante. Haz lo que debes y está en lo que haces. Creo que este punto es lo más difícil del aprovechamiento del tiempo después de haber organizado las prioridades. Hay que exigirse en no distraerse. Cuando terminamos algo, inmediatamente empezar lo siguiente. No poner escusas, cumplir el horario y las tareas que nos propusimos. Concentrarnos, haciendo lo mejor posible cada cosa. Los power naps y ese tipo de descansitos, en general, son enemigos del aprovechamiento del tiempo.
- Al final de día, hacer examen. La pregunta clave del examen no es ¿hice todo lo que tenía previsto para hoy? La pregunta clave es ¿trabajé con intensidad, haciendo en cada momento lo que tenía previsto? Si la respuesta es que sí, hay que estar tranquilo. Hay algo que cuesta mucho aceptar pero hay que aceptarlo: casi nunca podremos hacer todo lo que quisiéramos. Lo clave es que lo importante no quede sin hacerse y esto no pasará si hemos priorizado bien a la hora de organizar el día. Si la respuesta es que no, hay que preguntarse por qué no, así podremos corregir para el próximo día.
Un cambio en mi visión de la vida.
/1 Comment/in Uncategorized /by Juan Antonio BethencourtMaldad no, ignoracia.
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The Economist: The horrors of hyperconnectivity—and how to restore a degree of freedom
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¿Astronauta o Policía? Lo que sea, pero decídete.
/1 Comment/in Uncategorized /by Juan Antonio BethencourtLa magnanimidad: una cuestión de actitud.
/0 Comments/in Uncategorized /by Juan Antonio BethencourtMi experiencia en la Jornada Mundial de la Juventud, Madrid 2011. Parte 1.
/0 Comments/in Uncategorized /by Juan Antonio BethencourtMisa de inauguración y bienvenida de Benedicto XVI.