11 ideas para ayudar a estudiar a tus hijos

Tiempo de lectura: 3 minutos
Este texto intenta ofrecer ideas prácticas de lo expresado en el artículo ¡Que jueguen los niños!
Recomiendo que lo lean para entender mejor lo aquí transmitido. 
 
 
Las 11 ideas:
1.       Proponer metas para cada sesión de estudio y no interrumpirlo hasta lograrlas. Por ejemplo: definir un tiempo continuo de estudio, fijarse un determinado número de capítulos o páginas, acabar unas determinadas asignaciones. Esto ayuda a fomentar la constancia, la perseverancia y el espíritu de sacrificio. 
 
2.       Enseñar que cuando no se entiende algo, conviene pedir ayuda en vez de abandonar la tarea. Esto ayuda a fomentar la humildad (conciencia de necesitar ayuda) y la costumbre de pedir consejo.
 
3.       Enseñar a preparar un plan de trabajo. Organizando los deberes por importancia, urgencia y dificultad. Esto ayuda a desarrollar la prudencia. Es decir, escoger los mejores medios para alcanzar un fin.
4.       Transmitir un claro orden en la jerarquía de las cosas. Primero estudiar, luego jugar. Esto constituye un apoyo para el desarrollo de la fortaleza. Se hace lo que se debe, no lo que provoca.
 
5.       Tener bien definida la zona de trabajo y disponer de los materiales necesarios para trabajar sin interrupciones. Esto facilita exigir que se cuiden las cosas y que se recojan y dejen en su sitio al terminar.  Se ayuda a los muchachos a ser más ordenados.
 
6.       Procurar que los trabajos queden bien terminados, cuidando los detalles, sin prestar atención exclusivamente al resultado final. Así potenciamos la profesionalidad y la laboriosidad. No solo es importante trabajar, sino, sobre todo, trabajar bien.
 
7.       No consentir en los plagios, “copy/paste”, o copias arbitrarias del material de otros compañeros. De este modo, se realza el valor de la sinceridad y la honradez intelectual.
 
8.       Evitar comer o escuchar música mientras se estudia o se trabaja. “Con música estudio mejor” dicen muchos. Pero la realidad es que el estudio requiere los 5 sentidos enfocados en el trabajo. Es un buen ejercicio de templanza y sobriedad.
 
9.       Cuidar los materiales de trabajo (lápices, cuadernos, libros, computadoras) aunque algunos de ellos sean de poco valor. Así también formamos la virtud de la pobreza, que lleva a estar agradecido por lo recibido y ayudar a quienes no han tenido la misma suerte.
 
10.   Animar a estudiar pensando en los demás. Ofreciendo ayuda a quien le cuesta más. Invitar amigos a estudiar juntos. Así pueden apoyarse mutuamente aportando cada uno según sus cualidades. Así se potencia la solidaridad, la amistad y se fortalecen hábitos de trabajo en equipo.
 
11.   Por último, lo más importante. Enseñar a trabajar por Dios y en la presencia de Dios. Me consta que los niños reaccionan con mucha emoción, cuando se les explica que pueden ofrecer a Dios los esfuerzos de su estudio, que pueden pedirle ayuda y que cuando estudian, lo hacen bajo la mirada cariñosa de Dios. Él siempre es justo y valora por encima de todo el esfuerzo. Así se potencia en los muchachos las virtudes más importantes: la fe, la esperanza y el amor. Además. esta actitud, facilita vivir todo lo anterior y eleva al estudio a su máxima dignidad: ser instrumento de unión con Dios.
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